viernes, noviembre 20, 2009

Encontré una carta

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Buenos Aires, 8 de Noviembre del 2009


Queridos sobrinos, hijos y nietos,

Decidí comenzar a escribirles estas cartas para dar testimonio de lo que está ocurriendo en el mundo por estos días.

Hoy quiero hablarles del agua. Si bien todos sabemos de la importancia vital de este precioso elemento de la naturaleza -del cuál provenímos y estamos hechos- todavía no hemos aprendido a cuidar de ella.

En muchas partes del mundo, millones de personas no tienen acceso a agua potable. Personas que están en situación de extrema pobreza tienen que caminar kilómetros y kilómetros para poder acceder a un poco de agua potable.

Sin embargo en las principales ciudades del mundo todavía se pueden ver unas bellas obras de arte llamadas “fuentes” donde el agua es derrochada sin vacilar.

Personalmente, hoy me di una ducha al levantarme por la mañana. Por las dudas les aclaro que se trata de una forma de baño que se realiza mediante una lluvia de agua que proviene desde una tubería . Honestamente es algo muy placentero y además eficáz para higienizarse.

La gente, en nuestros días, usa el agua para bañarse, para lavar los platos, lavar sus autos y muchas cosas más . Es muy frecuente que al lavarnos los dientes nos olvidemos la canilla abierta con el agua corriendo sin ningún tipo de consciencia de la importancia vital que tiene en nuestras vidas.

Muy lentamente se comienza a tomar consciencia de que debemos cuidarla. Quién sabe en qué situación ustedes leerán estas líneas, cómo se ducharán y qué estarán bebiendo en el futuro.

Ni que hablar de mi deporte actual. Dos veces por semana voy a una gran piscina - de 25 metros de largo por 15 de ancho repleta de litros y litros de agua - a nadar.

Algunos muy privilegiados bebemos un agua llamada mineral que viene en botellas plásticas – otro tema que todavía no pudimos resolver - . Pero no toda la población goza de este lujo, por supuesto.

Por mi parte intento hacer todo lo posible para que la gente tome conciencia del increíble desafío que tenemos por delante.

Se que no tenemos derecho alguno a consumir ni a destruir lo que no nos pertenece. No tenemos derecho a contaminar ni agotar lo que nos fue prestado.

Les pido por favor que me crean si les digo que no hay una noche que no me vaya a dormir pensando en ustedes y en el mundo que les vamos a dejar.

En lo que a mi respecta, espero haber hecho mi parte y que Dios y ustedes me perdonen si no hice suficiente.

Ojalá se cumpla mi deseo de que los seres humanos podamos despertar y tomar conciencia de la necesidad de un cambio, y podamos revertir tanto daño que nos estamos haciendo a nosotros mismos y a toda la Vida en la Tierra.


Con todo mi Amor,


Pablo




Pablo es Consultor en Comunicación Sostenible y, se describe a si mismo , sólo como un ciudadano del mundo que vive en el barrio de Villa Urquiza, Buenos Aires, al que le gustaría que todos pudiésemos vivir un poco mejor. este es es su blog : Suelto



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