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Los presos políticos uruguayos no podían hablar sin permiso, silbar, sonreír, cantar, caminar rápido ni saludar a otro preso.
Tampoco pueden dibujar ni recibir dibujos de mujeres embarazadas, parejas, mariposas, estrellas ni pájaros.
Didaskó Pérez, maestro de escuela, torturado y preso por tener ideas ideológicas, recibe un domingo la visita de su hija Milay, de cinco años. La hija le trae un dibujo de pájaros. Los censores se lo rompen a la entrada de la cárcel.
Al domingo siguiente, Milay le trae un dibujo de árboles. Los árboles no están prohibidos, y el dibujo pasa.
Didaskó le elogia la obra y le pregunta por los circulitos de colores que aparecen en las copas de los árboles, muchos pequeños círculos entre las ramas:
-"¿Son naranjas? ¿Qué frutas son?"
La niña lo hace callar:
-"Ssshhhh".Y en secreto le explica:
-"Bobo. ¿No ves que son ojos?
-!"Los ojos de los pájaros que te traje a escondidas"!.
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Eduardo Galeano
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la foto es de una grulla. de las aves, la mas longeva...
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Dedicado a Lía y su pasión por defender la vida
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6 comentarios:
Que belleza Mariní...como siempre, me encanta Galeano y las cosas que nos dejas aqui.
Besos!
Hola Mariní, ya conocía este cuento y me parece de una belleza inmensurable! Lo tengo hace mucho bien atesorado entre mis textos preferidos.
Gracias por compartirlo de esta manera.
Un beso,
Pablo
Gracias Mariní por tu aporte a la construcción de la memoria colectiva a través de este hermoso relato de uno de nuestros maestros del escribir y el sentir latinoamericano y por tu dedicatoria...Ambos me hicieron emocionar hasta las lágrimas. Personas como tú estimulan el deseo de seguir en el camino...
Ay Dios, qué historia más bonita!!!! Galeano es único...
Que historia tan bonita,
que historia de ternura,
que historia tan cierta,
que visiones de belleza verdadera,
Galeano y la vida, son tesoros para limpiarnos cada día de lo que no sirve,
de lo que nos empaña la mirada,
( esos ojos...)
para valorar lo que vale,
y cuidarlo,
si,
cuidarlo mucho , mucho , mucho
con sinceridad
claridad de amor ...
gracias a los 4
Mariní
Conocí a Didaskó Pérez, fue un ser excepcional que esculpía en piedra.Su vida fue un canto a la vida siempre, falleció de una manera misteriosa y casi como de un elegido. Estaba enseñando a una muchacha a bailar el vals para su cumpleaños de 15 cuando cayó por un infarto. Cuando nos avisaron,sus amigos corrimos a la casa.Pudimos ver que su rostro aún conservaba una sonrisa.
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