"Para combatir el antisemitismo no hace falta ser judío,
como para
luchar contra el racismo no hace falta ser negro. Lamentablemente,
a
veces parece
que para combatir la discriminación de la mujer
hace falta
ser mujer."
Arguye de inconsecuentes el gusto
y la censura de los hombres que en
las mujeres acusan lo que causan
Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis:
si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?
Combatís su resistencia,
y luego con gravedad
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.
Queréis con presunción necia
hallar a la que buscáis,
para pretendida, Tais,
y en la posesión, Lucrecia.
¿Qué humor puede ser más raro
que el que falta de consejo,
él mismo empaña el espejo
y siente que no esté claro?
Con el favor y el desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.
Opinión ninguna gana,
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata
y si os admite, es liviana.
Siempre tan necios andáis
que con desigual nivel
a una culpáis por cruel
y a otra por fácil culpáis.
¿Pues cómo ha de estar templada
la que vuestro amor pretende,
si la que es ingrata ofende
y la que es fácil enfada?
Mas entre el enfado y pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y quejaos enhorabuena.
Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.
¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada,
la que cae de rogada
o el que ruega de caído?
¿O cuál es más de culpar,
aunque cualquiera mal haga:
la que peca por la paga
o el que paga por pecar?
Pues ¿para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.
Dejad de solicitar
y después con más razón
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.
Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.
#NiUnaMenos , ni una muerta más"
fue la frase original dicha por Susana Chávez Castillo asesinada tras luchar contra la opresión sobre las mujeres.
En 1995 la poeta creó la frase que se convirtió en símbolo de la lucha contra homicidios de mujeres en Ciudad Juárez, Chihuahua, al norte de México, considerada la población más violenta de ese país.
Chávez Castillo fue la tercera activista asesinada ese 2011. La muerte de la poetisa se confirmó horas después que el Índice sobre Percepción de Seguridad Pública del Instituto Nacional de Estadísticas (Inegi), revelara que los ciudadanos se sentían menos seguros que un año antes (2010)
texto encabezado Soledad Gallego-Díaz -
video - querido papá
texto central Sor Juana Inés de la Cruz,
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