“La
 publicidad manda a consumir y la economía lo prohíbe. Las órdenes de 
consumo, obligatorias para todos pero imposibles para la mayoría, se 
traducen en invitaciones al delito.” "

 
Una
 economía establecida exclusivamente con el propósito de mantener e 
incrementar las riquezas de unos pocos millonarios (que es lo que quiero
 decir con la expresión “Enriquecer millonarios”) necesariamente te 
obliga, te impone, te convence, te adoctrina y todo el tiempo se propone
 convertirte en Comprador(a) Compulsivo(a). Para eso cuenta con el 
aparato propagandístico más poderoso y efectivo que existe: las 
telecomunicaciones, es decir, la Televisión, Prensa, Radio y el 
Internet. Son los instrumentos  que te dominan y  te domestican. Las costumbres, hábitos, modas, opiniones,  valores, moral, juicios y prejuicios, todo te es impuesto por el bombardeo continuo de propaganda comercial (que también es política y tú no te das cuenta), y te convierte en un paje útil del sistema. Tu  propósito
 en la vida es enriquecerlos, lo quieras o no. Sin ningún esfuerzo, lo 
único que tienes que hacer es lo que la mayoría hace: comprar-consumir. 
Veamos ejemplos para ver si este disparate es tan disparate como a ti te
 parece. ¿Cuántas veces has entrado a una mega tienda o farmacia, a 
comprar algo y terminas comprando de paso dos o tres cosas adicionales  que
 realmente no necesitabas? Si decides hacer ejercicios o caminar para 
rebajar, ¿verdad que no piensas en un pantalón y unas tenis viejas? 
Terminas comprando todo un equipo de los que anuncian con actores que no
 necesitan hacer ejercicios y que enmohecerá después que te aburras de 
él.  O te metes en un ajuar costosísimo con guantes y pesitas por el qué dirán.  ¿Y qué me dices de las que contratan un “Personal Trainer”?
La Prensa (No los Periodistas)  es
 también instrumento de propaganda y dominación. ¿O es que hay más 
noticias que anuncios? ¿Te diste cuenta? Los “Shoppers”, antes venían 
llenos de colorido metido en el periódico de los jueves.  Ahora  los “Shoppers” vienen todos los días y traen noticias. ¿Cuántas  veces en la semana dejas de otearlos? ¿Cuántas veces has llegado a tu casa contento(a) a contarle a tu pareja  todo lo que te ahorraste al comprar ese tremendo especial que compraste y que probablemente no necesitabas? ¿Te das cuenta del disparate que has dicho? Nadie ahorra al comprar.
 Pero te atosigaron esa mentira hasta que el subconsciente la convierte 
en una verdad salomónica. ¿Quién te convenció o adoctrinó para que 
concluyeras, cónsono con la mayoría de las personas, que ahorraste 
porque compraste más barato, necesítelo o no? Si estas sonriendo y se te
 han calentado las orejas, bienvenido. Eres parte del montón. Antes era 
más fácil: Ahorrar era simplemente no comprar. Ahora lo absurdo es no 
comprar.
¿Y
 la caravana de eventos donde se conmemora comprando a través de todo el
 año? “Santa Claus”, antes era un solo juguete para el niño pobre y 
quizás uno más caro o dos para la familia de mejor ingreso, en Navidad o
 en Reyes. Y el niño se concentraba en ese único juguete con el que al 
jugar, su mente solo tenía que cambiar el libreto de la imaginación, 
para inventar nuevos escenarios de juegos protagonizados por él y su 
único juguete. (Ahora no hay forma ni necesidad del niño concentrarse 
pues se salta de un juguete a otro sin imaginación alguna.) Ahora la 
multitud del consumo madruga dócilmente para la fila del especial, pelea
 si es necesario con quien intente arrebatarle su “ganga”, hipoteca el 
futuro con la  tarjeta de crédito, para luego ver los montones de juguetes al lado del  “dron” de la basura antes de que Cristo vuelva a resucitar al final de la Cuaresma.  Los
 Tres Reyes Magos (para los millonarios) solo existen para rematar en 
especial los juguetes que no se vendieron en Santa Claus. (Navidad, es 
para el resto de nosotros). De ahí en adelante, entre cumpleaños, 
remates, liquidaciones, pre-inventarios, cierres  y
 ventas especiales; viene San Valentín, Pascua (De huevos y conejos), el
 primer fin de semana largo de playa, las Madres, el verano, los Padres,
 más verano, la escuela, Halloween, Thanksgiving, y si no se me quedó 
algo, volvió Navidad y el embrollo. ¿Y quién se beneficia de eso? Solo un puñado de millonarios.
¿Recuerdas
 cuando los enseres eléctricos duraban muchos años? Pregúntale a tu 
abuela si todavía tiene el Osterizer (porque ni licuadora le decíamos). 
¿Y cuánto duraba un taladro eléctrico que hasta lo podíamos llevar a 
cambiarle las escobillas?  Vete 
ahora. Cuesta menos uno nuevo. Bienvenidos al mundo de lo desechable. ¿Y
 cuántos enseres o equipos de esos duermen el sueño de los justos en 
gavetas y anaqueles añorando por que los vuelvan a usar?  ¿Los
 compraste porque eran lo moderno o porque ibas a ser el “Do it yourself
 Handyman”? ¿Quién gana cuando lo que compramos se daña justo cuando 
estaba a punto de ser nuestro y no del Banco? Solo un puñado de millonarios.
¿Si se mete un ciempiés al closet de tu casa, podría no
 salir descalzo? ¿Estará atiborrado de ropa tu closet con piezas que van
 años que no usas y aún te sirven? ¿Se te estruja lo recién planchado? 
¡Qué mucho ahorraste! ¿Eres o no eres otro del sistema de compulsión 
consumista? Terminas botando lo que puedes usar ¿Y quién se beneficia de
 eso? Solo un puñado de millonarios.
¿Qué
 si se contagia todo el mundo? Pregúntale a alguien si quien lo asaltó y
 robó era un pobre que no tenía para comer. NNNOOooo. Lo asaltaron para 
comprar lo que tienen, los que pueden comprar. A lo mejor lo ven más 
tarde en una de esas motoritas de moda, o en un “Four Track” o en un 
“Jet Ski” o en lo que sea que se ponga de moda de hoy en adelante. Y ese
 negocio es tan bueno que hay casas de empeño abiertas 24 horas. Como 
ves robar para comprar lo que sea, le conviene al negocio de los 
millonarios. ¿Para qué impedirlo? ¿Y quién se beneficia de eso? Solo un puñado de millonarios.
¿Y
 hablando de ladrones, tienes Tarjetas de Crédito? ¿Y las financieras? 
¿Veinticuatro por ciento de interés? Los llaman cargos razonables. 
¿Cuándo fue la última vez que escuchaste la palabra Usurero? Desapareció del lenguaje común cuando se popularizaron las tarjetas de crédito y los préstamos rápidos.  Poco falta para  que
 la palabra Usura solo se encuentre en libros de historia y en letra 
chiquita como la de los préstamos de los Bancos. (Esos con los que 
pagamos por lo menos dos veces la casa o el auto.) Compra ahora y 
púdrete pagando. ¿Tienes idea de cuantas personas hipotecan su futuro 
comprando cosas que creen que necesitan o para tener, lo que, los que 
pueden, tienen? 
La Publicidad manda a consumir ¿Y quién se beneficia de eso? 
Solo un puñado de millonarios.
Pero… ¿Usted cree que esa economía, basada en el consumismo de lo innecesario  es la única  que hay, que no hay más na`? Tenemos que seguir hablando.
Hlcp @Jul 2010,Rev Mar 2012
*Galeano, Eduardo: Patas Arriba