viernes, abril 12, 2013

Tú Tienes Miedo

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"...Somos gente transformándose..."
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Tú tienes miedo.


No importa que tan civilizado te creas: Sentir miedo es parte de ser humano.
Esta emoción marca un tatuaje en tu destino al hacerse presente en el mismo instante en que naces.
Pero no temas. Lejos de ser una condena, el miedo es una motivación incomprendida. Se instaura en tu consciencia como un mecanismo de protección, incuba creativas formas de lidiar con lo desconocido, es un aliado de la evolución si lo usas en vez de dejar que te posea.
El miedo no sólo es una herramienta de transformación, también evoluciona contigo. Como ser humano diferente, educado, espiritualmente letrado e introspectivamente dotado, tú ya no temes lo mismo que las mayorías temen.
Has recorrido cruzadas a los dominios de lo interno, las cicatrices de tu ego han dado luz a un nuevo ser, y el precio que tienes que pagar es confrontar nuevos miedos. Los miedos del ser humano 2.0:
1.   Ya no tienes miedo a no ser “exitoso” ahora temes no descubrir tu propio significado de éxito: La gente tiende a escalar jerarquías por temor a no sentirse parte de algo. Ser exitoso por miedo a no pertenecer pudo haber sido una moda útil en tu infancia mental, pero insostenible ahora que has expandido tus fronteras. Ya no temes no ser “exitoso”, pero tu relación de amor y odio con el éxito convencional te ha replegado al exilio de tus mejores talentos. El siguiente reto es tejer tu propia visión de significado en vez de adoptar una ya hecha.
2.   Ya no tienes miedo a ser “inmoral” ahora le temes a las cicatrices de la transgresión: Decimos “inmoral” no en un sentido literal, nos referimos a que ahora tienes una visión más flexible y realista de libertad y justicia. Gente como tú mira la moral como un instrumento de dominación cultural o como un predicado temporal que funciona sólo en base al contexto. Por ello, piensas que quienes se apegan ciegamente a los estatutos morales tradicionales son “mentes perezosas”. La transgresión pues, te hace sentir placer y superioridad, pero temes sufrir las consecuencias de innovar, pisar los límites de lo permitido y ser castigado con algún tipo de “cicuta moderna”.
3.   Ya no tienes miedo a no ser querido ahora temes no encontrar a otros como tú: Sea que eres un freak cuya infancia de fuertes heridas transformó tus ansias de pertenecer, o bien que tu talento excéntrico y exhibicionista te haga alguien magnético socialmente, el miedo a no ser querido es algo que has superado. Sin embargo tu extravagancia intelectual te ha hecho alguien separado del rebaño, y de repente te encuentras vulnerablemente aislado y con temor a tener una vida esteparia, rodeado de gente que no te entiende.
4.   Ya no tienes miedo a “diosahora temes no encontrar al verdadero Dios: Las representaciones simbólicas del dios de tu infancia ya no funcionan en tu mente. Sabes que Dios no es una entidad separada de ti que te castiga por ser un pecador descarado. A pesar de eso, nunca fuiste al funeral por la muerte de la deidad humanoide de la iglesia. Un círculo sin cerrar quedó en tu consciencia espiritual. Resentido, desamparado y con una idea incompleta de lo que puede ser Dios, temes a que nunca haya un sustituto a
decuado para las caricaturas religiosas de tu niñez.
5.   Ya no tienes miedo a la muerte, tienes miedo a una vida inerte: La muerte es un extraño misterio que te despierta curiosidad, no temor. Señal infalible de que sabes que el infierno no existe en otro lugar más que en tu mente. Intuyes que hay algo infinito en tu esencia, por ello no le temes a morir. Más bien le temes a tener una vida inerte, sumergida en vaivenes de crisis existenciales producidas por tu inadaptación a los valores convencionales de la vida contemporánea.
Trascender los miedos de la convención ha hecho tu identidad más liviana y ágil. Sin embargo, lejos de vivir en un paraíso terrenal te sientes en una extraña tierra de raras texturas.
Tu consciencia vanguardista tiene un precio: Otros miedos alienígenas han despertado en tu existencia…
Como pionero de la cultura, el miedo 2.0 se convierte en un extraño privilegio, pero también en un mordaz reto.
Al igual que cualquier temor, los miedos 2.0 se afrontan de dos maneras particulares: Primero, reconociéndolos y segundo uniéndose con otros que tienen el coraje de mirarlos a los ojos.
 




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