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Al otro lado de la calle, hacia abajo, las casas se erguían con sus lisas fachadas.
¿Qué había dicho Clarisse una tarde? «Nada de porches delanteros. Mi tío dice que antes solía haberlos. Y la gente, a veces, se sentaba por las noches en ellos, charlando cuando así lo deseaba, meciéndose y guardando silencio cuando no quería hablar. Otras veces permanecían allí sentados, meditando sobre las cosas. Mi tío dice que los arquitectos prescindieron de los porches frontales porque estéticamente no resultaban. Pero mi tío asegura que éste fue sólo un pretexto. El verdadero motivo, el motivo oculto, pudiera ser que no querían que la gente se sentara de esta manera, sin hacer nada, meciéndose y hablando. Éste era el aspecto malo de la vida social. La gente hablaba demasiado. Y tenía tiempo para pensar. Entonces, eliminaron los porches. Y también los jardines. Ya no más jardines donde poder acomodarse. Y fíjese en el mobiliario. Ya no hay mecedoras. Resultan demasiado cómodas. Lo que conviene es que la gente se levante y ande por ahí. Mi tío dice...
Y mi tío... Y mi tío... »
La voz de ella fue apagándose.
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~ imagen: marina pessah ~
~ texto : fahrenheit 451 - ruy bradbury - pág 27~ (vía anecdotasdelcamino )
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~ texto : fahrenheit 451 - ruy bradbury - pág 27~ (vía anecdotasdelcamino )
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1 comentario:
Sí, ya no hay...ya no más...lamentablemente, pero sí quedan los hermosos recuerdos, mi abuela sentada justo allí, a veces callada, a veces sonriente, a veces triste...y yo sentada en el piso, justo al lado de sus pies...
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